lunes, 30 de agosto de 2010

Todo tiene su recompensa.


Lo único que hay que hacer es escalar esa montaña, con la esperanza de que lo que se encuentre en la cima sea lo mejor de todo.
Mientras vas subiendo tu pulso se acelera, quieres llegar ya, tocarla, ver lo que habrá, sentirlo..
Y cuando por fin estas allí te das cuenta, lo que encuentras en esa cima es lo mismo que había abajo, nada, pero no te des por vencido fíjate bien, verás que aquel pico de la montaña, encontrarás lo que buscabas.
Nunca pierdas la esperanza.

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