¡LUISO Y DANI SON LOS MEJORES DEL MUNDO!
jueves, 30 de septiembre de 2010
domingo, 26 de septiembre de 2010
Eramos como uña y carne.
Una vez más las cosas vuelven a cambiar, las personas que más quiero se van alejando día a día.
Problemas y más problemas, ¿en esta vida solo existen los problemas? ¿Dónde está la felicidad cuando la necesitas de verdad? Ella se esconde en el subsuelo, con temor de que su aparición sea en vano.
Ojalá todo fuese como siempre, todos juntos, un grupo inseparable.
Tiempos atrás.
jueves, 23 de septiembre de 2010
miércoles, 22 de septiembre de 2010
Nada que poner.
Nefasta bebida, miserable alcohol, desgraciada droga, horrible falta de memoria, comportamientos ilógicos, risa sin sentido, llantos provocados, perdida del equilibrio, voz quebrada, pupilas dilatadas a más no poder, falta de la vergüenza, insoportable dolor de cabeza, zumbidos imparables en tu mente.
Todo esto por culpa de ella, la bebida, el alcohol.
martes, 21 de septiembre de 2010
sábado, 18 de septiembre de 2010
jueves, 16 de septiembre de 2010
miércoles, 15 de septiembre de 2010
El primer día.
Otra vez más, fue mi primer día de clase, me sentí genial. Llevaba meses sin ver a mi clase completa, al llegar lo que más recibí fueron sonrisas, sonrisas verdaderas... El día se me pasó volando, quien pensaría que un día de clase podría estar todo el rato riéndome, hoy lo cumplí.
Me reí hasta que me dolía la barriga, los mofletes y mis ojos ya no podían más.
Ese primer día de clase lo recordaré siempre. Os quiero mucho clase.
martes, 14 de septiembre de 2010
Hoy vas a descubrir que el mundo es solo para tí.
domingo, 12 de septiembre de 2010
Aquel día.
Un día me sentí fatal, asustada, con lagrimas en los ojos, cabreada, angustiada, sola. Paseé por aquella isla, con mi música a todo volumen, pasaban personas a mi lado y no quería mirarlas, me senté en la playa, una niña se acercó a mi, me entregó algo en la mano y se fue sin más. Cuando ya se había ido abrí mi muñeca y la encontré. Una sonrisa de cumpleaños apareció en mi cara. La felicidad volvía a correr por mis venas. Todo gracias a ella.
Adiós.
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